Nuestra relación con las abejas data de la década de los 70. Tras montar nuestra primera colmena en el valle del Urola, poco a poco fuimos conociendo su vida e incrementando el número de las mismas. En 1995, necesitábamos un almacén, y montamos AIKUR.

En aquella época, ya estaba en marcha el proyecto “Baserriko Ateak Zabalik” y nos unimos a este grupo de baserritarras. Allí, comenzamos a mostrar la vida oculta de las abejas, especialmente a grupos escolaras. En 2007 avanzamos otro paso, y llegamos a ser el museo Aikur que conocemos ahora.

Al comienzo, fuimos Elías y Josune los primeros en montar la primera colmena. En los últimos años, el hijo mayor Aitor, se ha metido de lleno en el proyecto y de vez en cuando, necesitamos la implicación y ayuda de toda la familia.

A fecha de hoy en Aikur contamos con cerca de 500 colmenas.

Normalmente, en otoño, invierno y primavera, la mayoría de abejas están en Gipuzkoa. Tras recoger la miel que producen en primavera, las llevamos Araba, donde conseguimos otro tipo de miel.

Precisamente la miel es nuestro producto mayoritario, aunque no es lo único que obtenemos de las colmenas. No podemos olvidarnos de la cera y el própolis. Con el primero logramos velas y ungüentos, y con el segundo un eficaz antiséptico.

Los beneficios de las abejas no van a parar solo a nosotros los apicultores. Todo nuestro entorno también se beneficia de ello gracias a la polinización de flores y árboles, ya que son parte fundamental.

Muy cerca de Aikur, encontramos las flores proveedoras de miel. Cuando el tiempo acompaña, podemos ver a las abejas en pleno trabajo de flor en flor, como verdaderos participanes de nuestra naturaleza que son.

En este mismo entorno, podemos contemplar distintas colmenas, en troncos o creados mediante barro y fibras naturales.